DESCUBRE

Valencia del Ventoso se asienta entre los ríos Bodión y Arilla. Destaca su Casa Fuerte de la Orden de Santiago. Su evocación histórica rememora la Llegada del Comendador a la casa del Ventoso. siendo otras señas de identidad los Menhires y Bujardas. A nivel gastronómico destacan sus garbanzos.

Historia

Las primeras ocupaciones humanas de Valencia del Ventoso se remontan a la Prehistoria Reciente cuando se documentan ocupaciones en la zona de Paniagua. De esta época son también los menhires del Ardila, declarados Bien de Interés Cultural.

Del período tartésico contamos con la aparición de una estatuilla de bronce aparecida en las obras del ferrocarril entre Medina de las Torres y Valencia del Ventoso conservado en el British Museum.

Tras la conquista romana, entre el Ardila y el Bodión, se construyeron numerosas fortificaciones, asociadas a las guerras civiles de la República Tardía. Tras la pacificación del territorio aparecieron nuevos tipos de asentamientos como la villa de El Cañuelo donde destaca su mosaico.

Durante el Imperio romano, Valencia del Ventoso perteneció a la provincia Baetica, aunque la aparición de dos termini indica que hubo una prefectura de Augusta Emerita, haciendo que administrativamente perteneciese a Lusitania. Es también en época imperial cuando se define la región llamada Baeturia, que se dividió en céltica en su mitad occidental y túrdula en la oriental, estando Valencia del Ventoso en el sector céltico.

De época andalusí es un importante tesoro de monedas de oro aparecido en 1932, aunque fue en época cristiana cuando la zona alcanzó gran importancia, siendo a finales del siglo XIII cuando se construyó el castillo del Ventoso, capital del sector oriental de la encomienda templaria. Tras la disolución del Temple pasó a formar parte de la Orden de Santiago, momento en el cual se levanta la casa-fuerte de Valencia y se funda el pueblo en su actual ubicación.

GASTRONOMÍA

La historia de Valencia del Ventoso está basada en el mejor garbanzo español, que desde hace siglos se cultiva en campos que rodean al municipio, enclavado entre Zafra y el límite provincial con Huelva.

Las legumbres han sido siempre esenciales en la dieta mediterránea por su importante aporte de nutrientes, muy beneficiosos para la salud. Fue así como el rey Carlos III y también Luis XIV, monarca francés, solo querían comer garbanzos de Valencia del Ventoso. Esto es lo que aguarda la tradición oral de la localidad extremeña.

Esa gran fama histórica de dicha legumbre también está documentada en un manuscrito del siglo XIX, conservado en el convento de Aguasantas, en el municipio de Jerez de los Caballeros (Badajoz)

Para arrojar un poco de luz sobre las razones por las que Valencia del Ventoso tiene tanto prestigio por sus garbanzos hay que comenzar por la tierra de cultivo. Es un terreno de barro que aguanta condiciones climatológicas adversas como la falta de agua. Lo que lo hace un lugar ideal para la cosecha de esta legumbre de secano, que no necesita ni precipitaciones ni casi abonos. Además, el clima ayuda mucho, pues en la comarca reinan las escasas lluvias durante todo el año.

A esos dos factores externos hay que sumarle uno que ya sí tiene que ver directamente con las semillas de los garbanzos, unas que son autóctonas del pueblo, heredadas de generación en generación.

Otros de los secretos del éxito del mejor garbanzo español son el proceso de siembra y recolección a mano. Un proceso de mimo que da como resultado un producto de alto valor gastronómico. De gran tamaño, harinoso y de piel fina, logra deshacerse en la boca del comensal, ofreciendo un sabor mantecoso. Quizás por todos estos aspectos dicen que es mágico.